viernes, 27 de febrero de 2009

para rodaje de pelicula Biutiful"




Mod Producciones, una de las empresas implicadas en la coproducción de "Biutiful", el nuevo film de Alejandro González Iñárritu que se filma en Barcelona con Javier Bardem como protagonista, ha hecho pública una nota en la que desmiente lo afirmado por el sindicato de técnicos TACE respecto de irregularidades laborales en el rodaje.En ella se asegura que el trabajo "se está desarrollando con el máximo respeto a los derechos de los trabajadores que en él participan y no existe ninguno de los abusos o irregularidades que se mencionan en dicho comunicado". Por su parte, un grupo de trabajadores en filmación de "Biutiful", que afirman ser afiliados a TACE, niegan lo declarado este martes por el sindicato respecto de horas extras impagadas y falta de respeto a las horas de descanso entre jornadas laborales."Queremos destacar que a pesar de todos los rumores que corren sobre nuestra película el trato que estamos recibiendo es el habitual dentro de la industria audiovisual española", dicen la quincena de técnicos, que van desde un ayudante de dirección al foto-fija, pasando por un figurinistas script, empleados de producción, eléctricos, etc... La productora de Fernando Bovaira Mod Producciones en ningún momento niega la información ofrecida por NOTICINE.com en el sentido de que Javier Bardem sufrió el pasado día 12 una lesión de espalda que paralizó el rodaje durante diez días ni el intento de presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) durante el tiempo de suspensión del trabajo, como denunció TACE.Sí que afirman desde la productora española que "el ambiente de trabajo en el rodaje es y ha sido inmejorable, con el objetivo común de lograr una película extraordinaria, cuyo rodaje en España no hace sino beneficiar a nuestra industria".

sábado, 14 de febrero de 2009

BYAN SINGER


Con motivo de la fallida ‘Verano de corrupción’, os decía que Bryan Singer necesitaba un proyecto de gran entidad tras el éxito de la retorcida ‘Sospechosos habituales’. Un trabajo que le diese la oportunidad de progresar al mismo tiempo que demostrar, a una audiencia mucho más amplia, su envidiable talento. Ese proyecto era ‘X-Men’. Una obra que fue todo un éxito de taquilla y quizá por eso ha sido infravalorada en lo que se refiere a su calidad cinematográfica, aun cuando en realidad atesora no pocos aciertos, resultando, en mi opinión, un producto ejemplar en su género. Una película que cumple con todo lo que puede esperarse de ella; y que aporta algo más.
La 20th Century Fox, esa major que casi consigue que ‘Watchmen’ no se estrene (después de haber dado por imposible su filmación), llevaba años intentando sacar adelante un proyecto para trasladar a la gran pantalla las aventuras de la Patrulla X (así se llamaban aquí), pagando muchos guiones pero no convenciendo a ningún director. Se acercaron también a Singer tras la entusiasta acogida de su segundo largometraje, pero el joven realizador rechazó en un primer momento el ofrecimiento, el mando de la dudosa embarcación. No conocía a los personajes de la Marvel y el proyecto no le resultó interesante. Fue Tom DeSanto, amigo del director y su socio en Bad Hat Harry, quien le hizo cambiar de idea. Singer se informó mejor (o quizá reconsideró la oportunidad económica) y aceptó la propuesta de la Fox. El resultado, una sorprendente ‘X-Men’ que originó la actual “fiebre” por el cine de superhéroes.
Hay una corriente de opinión, más popular, que señala otro origen de dicho fenómeno. Para ellos sería ‘Blade’ (1998). Sin embargo, considero que fue ‘X-Men’ (2000) el detonante de la explosión de las “superhero movies”, para bien y para mal. A pesar de que es cierto que aquella correctita película con Wesley Snipes fue un éxito de taquilla y estaba basada en un superhéroe de cómic, no fue hasta la que dirigió Bryan Singer que el género (etiqueta inútil más allá de las estanterías) adquirió sus características más reconocibles. Esto es, por un enfoque que va más allá de la acción y el espectáculo, de lo comercial, para acercarse a otro tipo de cine, considerado más serio. Sin dejar de lado su condición de blockbuster, se cuida el drama y los personajes, que no sean simples monigotes con trajes llamativos y poderes que justifiquen muchos efectos especiales. Algunos, como Brett Ratner, no se enteraron; otros, como Christopher Nolan, sí.
Ante todo, Singer quería que ‘X-Men’ fuese una película de ciencia ficción basada en cómics. La idea de adaptar fielmente las historias clásicas de los mutantes de la Marvel y crear un “divertido” producto de acción y consumo ligero no entraba en sus planes, desde el principio. Esto no significaba ni un desprecio a la obra original ni a los fans de la misma, sino todo lo contrario. Como hemos podido comprobar en muchas ocasiones, lo que funciona en un determinado medio artístico no tiene que funcionar (y normalmente no funciona) en otro. Singer lo sabía, pero antes que eso, entendió que debía adaptar la historia de esos personajes a un contexto actual, que interesara a un público más general, no específicamente al experto en la materia.
De este modo, la película comienza situándonos en un entorno real, reconocible por todos, para luego incluir a los mutantes, el elemento fantástico de la historia. ‘X-Men’ se va a revelar pronto como algo inesperado. Lo hace con dos impactantes prólogos (había más en el guión original), cada uno centrado en un personaje y un tiempo concreto, para luego trasladarnos a un parlamento donde se discute la problemática de una nueva raza, capaz de amenazar la vida de los seres humanos “corrientes”. Atención a eso. Singer toma las riendas de una película que tenía que ser otro producto hollywoodiense comercial más, y lo abre con el holocausto, la adolescencia y la persecución de personas “diferentes”. Estamos ante un “blockbuster de autor” en toda regla.
A partir de esa integración de los mutantes en el mundo real, Bryan Singer da rienda suelta a su extraordinaria visión para el espectáculo y el entretenimiento, sin descuidar nunca esos aspectos que he mencionado antes, la historia y los personajes; el drama. Es ese drama y ese acercamiento humano, corriente, cercano, que tiene la película lo que hace que emocione y permita al público identificarse con unos protagonistas que, de otro modo, resultarían fríos y carentes de sustancia. El estupendo guión de la película, firmado por menos de los que participaron en él (aparecen Singer, DeSanto y David Hayter, quedando sin acreditar, entre otros, Christopher McQuarrie o Joss Whedon), aporta contenido a la trama y lógica a las acciones y comportamientos que vemos en la pantalla, resultando entonces de relevancia menor que los personajes posean superpoderes; vemos personas, corrientes en la medida de lo posible. ‘X-Men’ no se centra en lo estupendo y espectacular que podría resultar volar o leer la mente (si es que esto es deseable para alguien), sino en los conflictos que podrían provocar, en la realidad, esas habilidades especiales.
Por todo esto, no vamos a ver las versiones más clásicas de Magneto, Xavier, Cíclope, Tormenta o Lobezno (el primero en tener su propio spin-off, ‘X-Men Origins: Wolverine’). Los personajes pierden una buena dosis de fantasía y colorido para ganar en solidez y realismo. En general, creo que los cambios son positivos, por lo que aportan a la película. No pierden su esencia, siguen siendo reconocibles (para los que hayan leído los cómics) pero mantienen esa coherencia con el enfoque que Singer quería para su película.
Quizá los más perjudicados sean Cíclope (James Mardsen) y Tormenta (Halle Berry, cuando aún no tenía el estatus de estrella que tiene hoy), estando en el lado de los más favorecidos Lobezno (Hugh Jackman, otro que aún no contaba con su actual fama) y Mística (Rebecca Romijn, ya sin Stamos). Eso sí, si tengo que quedarme con un personaje, sin duda me quedo con Magneto; la vida y la personalidad que le da Ian McKellen (que aquí hace de judío traumatizado por el holocausto, cuando en ‘Verano de corrupción’ interpretó a un sanguinario nazi), unido al particular tratamiento que se hace del personaje en la película, me parece de lo más acertado de todo el conjunto. Magneto vuelve a recuperar el buen hacer de Singer con los personajes misteriosos y ambiguos; algo que no funcionó en su anterior film. Destacar también el interesante papel de Bruce Davison, que encarna al senador que está en contra de los mutantes, recordando a Joseph McCarthy y su caza de brujas (así como otras persecuciones no menos famosas y más relacionadas con el director).
Evidentemente, como señalé antes, no hay que olvidar, y en ningún momento se disimula, que estamos ante una película comercial, un producto de la industria de Hollywood destinado a romper taquillas, vender merchandising y servir de inicio para más películas. El ‘X-Men’ de Singer no escapa a sus raíces ni lo pretende. Es entretenimiento, espectáculo, producto de masas. Y es ahí donde vemos, otra vez, lo mucho que este realizador ha bebido de Steven Spielberg (un cineasta que, independientemente del proyecto, siempre intenta ofrecer calidad). Porque esta película va más allá de su formato, de sus propósitos económicos. Es una película inteligente, hecha por y para gente inteligente. Ahí es donde está la diferencia. Aprovecha los recursos disponibles para dar algo más, emoción, drama, intensidad, etc. Ahí y en el saber hacer de Singer, tan diestro con los actores como con la composición de cada encuadre. A pesar de todo lo hollywoodiense, no puede negarse que hay belleza en muchas imágenes de este film.
Por otro lado, tampoco deja de notarse cierto temor en la producción; era un proyecto caro que corría el riesgo de resultar un fracaso absoluto, más aún cuando dependía de la destreza de un cineasta con tan poca experiencia; menos en un film de este género y, todavía menos aún, con esta envergadura presupuestaria. Cuando lo normal es que para una película de este tipo se empleen un mínimo de 100 millones de dólares, Bryan Singer “sólo” pudo contar con 75 (no olvidemos, repito, que hablamos de Hollywood), por no hablar del tiempo que tuvieron para rodar, que al parecer fue muy ajustado. Pero ahí sí que tenía el cineasta experiencia. Singer se había manejado a la perfección con poco presupuesto y atareada agenda, exprimiría los recursos al máximo. No puede negarse, viendo el resultado final, que así hizo.
En definitiva, estamos ante una película muy completa, por dentro y por fuera, que ofrece entretenimiento, diversión y espectáculo a raudales, pero que también se preocupa por la historia y los personajes, por ofrecer una trama verosímil en un contexto realista, aun contando con muchos elementos puramente fantásticos. ‘X-Men’ fue un ejemplo a seguir. También un producto a mejorar. Eso mismo intentó Singer con la segunda parte; hablaremos de ella más adelante (ya después del estreno de su último film, ‘Valkiria’, en la cartelera a partir de mañana).

viernes, 13 de febrero de 2009

JULIO CORTAZAR


Julio Cortázar: este 12 de febrero se cumplen 25 años de su desaparición en la ciudad que conocía y amaba mejor que nadie, París, triste y desencantado, con un cansancio que le desmenuzaba los huesos largos. El 26 de agosto hubiera alcanzado una edad impensable, 95 años. Un grupo de entidades y personas ha preparado desde hace muchos meses en numerosas capitales del mundo, encabezadas por Buenos Aires y Madrid, una serie de eventos con el fin de recordarlo, reiterar el amor que todos sentimos por el autor de esa historia angustiosa y perfecta de amor, "Rayuela" y caminar de nuevo por esos senderos llenos de bestias y personajes absurdos, insólitos, libres e ingenuos.Dentro de tres meses, Cortázar volverá mágicamente con un libro. Es que entre sus papeles personales, inventariados por su albacea y heredera universal Aurora Bernárdez y el estudioso catalán Carlés Alvarez Garriga, fueron descubiertos once cuentos inéditos, cuatro auto entrevistas, 13 poemas jamás publicados y capítulos nuevos del “Libro de Manuel” y “Un tal Lucas”, no incluidos en anteriores ediciones. El material compone más de 400 páginas y será editado por Alfaguara en mayo con el título de “Papeles inesperados”. Forma parte de los homenajes que a partir de esta semana se harán al escritor argentino de origen belga, de cuya muerte se cumplen 25 años este jueves.En Buenos Aires lo recuerdan, como en el resto del mundo y la artista Marta Minujín pintará 300 rayuelas este jueves en la avenida 9 de Julio, entre las calles Rivadavia y Lavalle, desde las 8 de la noche. Dice la artista que, "La avenida se interrumpirá no ya por un acto político ni por una protesta, sino para abrir un espacio de juego. La única condición para jugar será llevar una página o una frase del escritor. Los que ganen se llevarán un cubo firmado por mí". Ya circula con el sello La Azotea el libro de fotos de Cortázar, tomadas por Sara Facio. Mientras Marta Minujín pinta y los adultos descubren un recuerdo de niños con la rayuela, decenas de saxofonistas tocarán música inspirada en los sonidos inolvidables del cuento largo “El perseguidor”, además de un seminario sobre "Imágenes de Julio Cortázar" en la Biblioteca Güiraldes. Allí mismo En será el preestreno de la película “Mentiras piadosas”, de Diego Sabanés, inspirada en el cuento “La salud de los enfermos” que también será presentado en Casa de América, de Madrid. Como dijo alguien, "Cortázar es, en nuestra memoria, el hermano mayor que abría caminos, compartiendo lecturas y revelaciones; el de la voz clara que preservaba la infancia y señalaba los destinos borrascosos de América latina". Siempre que se menciona la relación no muy extensa entre Cortázar y el cine, salta una misma película, “Blow Up” de Michelangelo Antonioni, 1966, basada en uno de sus cuentos más inquietantes, “Las babas del diablo”, con Vanessa Redgrave, Sarah Miles, David Hemmings, Jane Birkin y la modelo Verushka. Antonioni, uno de los directores claves de todos los tiempos había realizado antes otras obras maestras como “Desierto Rojo”, 1964; “El Eclipse”, 1962; “La Noche”, 1961 y “La Aventura”, 1960. Cuatro años después de “Blow Up” realizaría una película que hubiera podido ser firmada por Bernardo Bertolucci. Fue la primera cinta inglesa con un desnudo frontal, representó el salto de David Hemmings al cine internacional y el personaje del fotógrafo, amo del Swinging London rodeado de modelos anoréxicas y viciosas se inspiró en David Bailey y Terence Donovan. La música de los Yardbird y la fotografía con tonos fuertes de Carlo Di Palma la han mantenido desde entonces como un verdadero objeto de culto.Otras películas basadas en historias de Cortázar, además de “Blow Up”, el documental magnífico de Tristan Bauer, 1994; “Intimidad de los parques”,1965, “La cifra impar”,1962 y “Circe”, 1964 del argentino Manuel Antín; “Furia” de Alexandre Aja, 2000; “Diario para un cuento” de Jana Bokova, 1998; “Autobus” del lituano Vytautas Palsis, 1994; “Cortázar Celestial Clockwork”, 1994 y la italiana “Los embotellados”, 1979, inspirada en el cuento “Autopista Sur”, del cual hay otra versión francesa, de 1967, realizada por un muchacho llamado Jean-Luc Godard.

sábado, 7 de febrero de 2009

KATE WINSLET




Las dos películas con las que se inició la competencia propiamente dicha de la Berlinale tras la apertura del jueves con la cinta fuera de concurso "Agente internacional", coincidieron en mezclar enérgicamente sus contenidos para licuar géneros e historias aparentemente diferentes. El "glamour" lo aportó Kate WinsletEn el caso de la danesa Annette K. Olesen con "Lille Soldat", se trata de combinar los traumas de una soldado que acaba de regresar a casa después de participar en la invasión de un país asiático (puede ser Irak o Afganistán, no se especifica) junto a la coalición liderada por EEUU, con la trata de mujeres del Tercer Mundo para ser explotadas como prostitutas en Europa.La protagonista de "Pequeño soldado" entabla amistad con la amante de su padre, una africana que ejerce la prostitución y se enfrenta a la "misión" de salvarla de esa explotación y hacerla regresar a Africa, lo que desencadena una serie de conflictos.Empieza por su parte "Ricky" como un drama social al más puro estilo de los hermanos Dardenne y acaba como una película de Disney... Al francés François Ozon le encanta sorprender al público y hacer películas radicalmente distintas, como el un tanto pedante drama amoroso con toques fantásticos "Bajo la arena", el musical "8 mujeres", el "thriller erótico "La piscina" o "Angel", el melodrama literario con reparto anglosajón que fue su última presencia en esta Berlinale dos años atrás y dejó frío al personal, primero aquí y luego en Francia donde no llegó a los 200.000 espectadores.Ahora, sigue en su empeño de epatar tomando una novela sobre una mujer trabajadora francesa que comparte su vida con un compañero de fábrica a la sazón español (Sergi López) y que en medio de sus múltiples problemas queda embarazada y da a luz un niño... con alas, que como es lógico acaba volando.Ozon, que ha dicho que para él el cine sigue teniendo mucho de juego infantil y su nuevo film así lo es, primero imita los dramas obreros y cotidianos de los belgas hermanos Dardenne y luego se desmadra, haciendo volar al bebé de Sergi. "De la misma forma que me encanta ser "violentado" por una película, no adivinar lo que va a ocurrir, no me apetece ir allí donde el espectador me espera", ha explicado para justificarse el realizador francés, que asume el posible desconcierto del público. La atención más mediática de la jornada estuvo concentrada en "El lector" (The reader), el film de Stephen Daldry que puede darle un Oscar a su protagonista, Kate Winslet, quien no dudó en venir a Berlín junto a los dos hombres que interpretan al personaje con quien tiene una historia de amor fuera de lo común en la Alemania de la postguerra, Ralph Fiennes y David Kross. Así hizo las delicias de los fotógrafos.