

"Casualidad", responde cuando se le pregunta cómo llegó a involucrarse en tantas cintas extranjeras antes de trabajar en el cine de casa. "Yo estudié en un colegio americano. Me llamaron porque estaban buscando actrices que hablaran en inglés. Me pareció raro, pero me mandé a ver qué onda", rememora sobre su primer acercamiento al cine internacional, en el que curiosamente siempre fue solicitada para hacer una mujer de armas tomar.
Uno de los directores que ha caído rendido a sus pies es Albert Pyun, quien la eligió para "Left for Dead", un spaghetti western rodado en la Argentina, que los porteños tendrán oportunidad de ver el próximo viernes 23 en el Cine Club Nocturna que funciona en el Centro Cultural Ricardo Rojas. "Cuando lo conocí pegamos muy buena onda. El es muy callado pero le encantó trabajar conmigo. Cuando terminó el rodaje me dijo que tenía el pre armado de una peli para hacer en Estados Unidos y quería hacer otra película conmigo", recuerda. Así, quien nunca creyó que podría hacer cine, se vio en Hollywood rodando junto a Steven Bauer. "Para mí fue increíble poder ir allá y protagonizar una película en Hollywood", dice sobre "Bulletface", que si bien es "una película de bajo presupuesto que se estrena en DVD", sin duda es una puerta que –como dice- no sabe adónde puede conducir.
Tras trabajar con el tan aclamado como criticado Pyun, realizador de "Cyborg", cambió Los Angeles, California, por Los Angeles, Buenos Aires, para debutar en el cine argentino con la película de Baldana, que se ambienta en un pueblo en extinción con el mismo nombre de la ciudad que alberga la meca del cine. La cinta –cuya trama oscina entre la vida infernal de un pueblo estático y la de una ciudad acelerada- habla esencialmente de los jóvenes que abandonan su lugar de origen ante la falta de oportunidades, estableciéndose inevitablemente en la gran ciudad, ríspida y voraz. En esta historia, Maurette asume el rol de Lena, el viejo amor del protagonista, quien la busca en la ciudad y se topa con una realidad que no era la esperada.

Guiándose únicamente por el interés que le genera un personaje, en breve volverá a la televisión de la mano de esa suerte de Rey Midas de los programas juveniles que es Cris Morena, la mente detrás de "Rebelde Way". "La tele me gusta, primero porque es un trabajo estable, y dentro de la inestabilidad del actor está bueno un año de estabilidad, y por otro lado, te da mucho más tiempo para buscar tu personaje y pueden salir cosas nuevas", se sincera, aunque admite que "en sentido de laburo me gusta mucho más el cine, y me gustaría trabajar en una producción más larga, que no sea tan independiente para ver cómo es y qué tipo de cosas me salen a mí creativamente".
Mientras su carrera en cine comienza a despegar y estudia sus posibilidades dentro de un panorama que se expande aquí y allá, Vicky –como le dicen los amigos- se concentra en un sueño que acarició toda la vida: hacer música. Recientemente, editó de forma independiente un disco solista, "Victoria", en el que por primera vez –justamente- consigue expresar su propia voz. "Lo empecé a hacer por una meta personal. Yo venía de ‘Rebelde Way’ o de lugares que son productos, y por un lado me divertía muchísimo todo eso porque te da una exposición tremenda, pero por otro lado sentía que yo era una artista y podía expresar algo sola, y no tenía que depender de alguien más para hacerlo". ¿Qué expresan sus canciones? "Son canciones pop rock que hablan de cosas que tuve que superar, momentos de mi vida en que estaba perdida, y cómo encontré un poco el camino. El disco habla de cómo yo me volví a encontrar conmigo".
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